8 de diciembre de 2010

¡Resiste al Pecado!


Romanos 6:12-14
Por lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo.13  No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacerlo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él.14  Así el pecado y a no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.

Esta escritura comienza con una exhortación “Por lo tanto”…

“No dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal”…
Nosotros podemos permitir o no el pecado en nuestras vidas. ¡No dejen! es un llamado a ser radical y armarse de valor, es un llamado a tomar una decisión, es una exhortación a esforzarnos, levantarnos y tomar acciones, pero también es una frase que nos dice que sí podemos hacerlo. Aunque se mire difícil, de nosotros depende ¡No dejar!


La escritura nos llama ¡A no entregar nuestro cuerpo como instrumento para hacer lo malo! Nuestro cuerpo puede ser útil para lo bueno, pero también puede ser útil para hacer cualquier cosa mala. Debemos usar nuestro cuerpo con profunda devoción a Dios, pues nuestro cuerpo así como todo nuestro ser es de Dios.

V.13 Al contrario entréguense a Dios como personas que han muerto y han vuelto a vivir…

Es impresionante porque el llamado de Dios es a comportarnos y actuar como personas que han muerto a todas esas cosas.
No podemos vivir con esas luchas como si todavía estuvieran vivas…
No podemos decir que hemos muerto a ellas y que sigan apareciendo con vigor en nuestra vida cristiana.

Un cristiano debe caracterizarse como una persona que no vive en impureza sino en santidad (1 Tesalonicenses 4:7)

¿Cual es el resultado de vivir entregados a Dios y de esforzarnos por no dejar que el pecado influya en nuestras vidas?

V.14  Así el pecado y a no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.

Entregándonos a Dios, el pecado no tendrá poder sobre nosotros…
Cuando vivimos cerca de Dios, el poder del pecado se desvanece, pierde su ilfluencia y efectividad. Entregarse a Dios significa dejar que El te guíe, que tome control de tu vida y que sea el dueño de tus pensamientos, sentimientos y emociones. Así el pecado no tendrá poder sobre nosotros. Cuando una persona dice “No puedo dejar este pecado” realmente no a leído esta escritura a profundidad. EL PECADO NO ES LO SUFICIENTEMENTE FUERTE PARA INFLUIR EN UNA PERSONA QUE ESTÁ CERCA DE DIOS. 

A veces pensamos que el pecado tiene mucho poder, pero tiene poder hasta donde nosotros dejamos que tenga, si nosotros vivimos entregados a Dios, no vive el poder del pecado, sino el poder de Dios en nuestras vidas.

El llamado de Dios en esta escritura:
  • No dejen (esfuerzo)
  • No entreguen (determinación)
  • Entréguense a Dios (devoción)
  • Entreguen su cuerpo a Él. (rendición)
  • Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes (resultados)
¡Animo! resiste al pecado y este no tendrá poder en tu vida! 
Acércate a Dios y el pecado perderá su influencia en tí.