1 de marzo de 2011

El Reino de Dios

El año 30 d. de J.C. comenzó como cualquier otro año. Los sacerdotes judíos aún ofrecían sacrificios diarios en el templo. Los agricultores trabajaban en sus campos, y las mujeres lavaban ropa en los arroyos. Los pescadores colgaban sus redes para que se secaran a orillas del Mar de Galilea. ¡

Pero de pronto apareció en escena un profeta llamado Juan! Vestido con pelo de camello y un cinto de cuero, Juan era un personaje que atraía la atención de la gente. Y consigo traía un mensaje alarmante: ¡el reino de Dios estaba cerca!

¿Estaba cerca el reino de Dios? 


Para los judíos, esto significaba que el Mesías estaba por venir. ¡Significaba la expulsión del control romano! Significaba que ellos recuperarían su independencia como nación. No es de extrañarse que el mensaje de Juan llamara la atención de todos. La gente acudió a él para averiguar qué deberían hacer a fin de prepararse para este reino.
Sin embargo, cuando Juan identificó a Jesús como su tan esperado Mesías, la mayoría de los judíos no se sintieron emocionados. ¿Jesús de Nazaret? Él no parecía ser el Mesías que ellos esperaban. Obviamente, él no era un guerrero. Y ni siquiera intentaba organizar un ejército para liberar a los judíos del poder romano. De hecho, él ni siquiera predicaba contra los romanos.

El Mensaje de Jesús era acerca del Reino de Dios.

Hay cerca de cien referencias al reino de Dios a través de los evangelios.
Además, la mayoría de las parábolas de Jesús fueron sobre el reino. De hecho, Jesús dijo que la razón por la que él fue enviado a la tierra fue para anunciar el reino: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado” (Lucas 4.43).

Cuando Jesús comisionó a sus discípulos, les dijo específicamente que predicaran acerca del reino. Notemos sus instrucciones:

Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 10:7)

Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades.2  Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. (Lucas 9:1-2)

Sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: 'El reino de Dios y a está cerca de ustedes. (Lucas 10:9)

¿Qué es este reino de Dios?
Todo reino posee cuatro componentes fundamentales: 
  • Un gobernante o gobernantes 
  • Súbditos
  • Un territorio o área dominada
  • Leyes

El reino de Dios no es diferente. Posee un gobernante, súbditos, territorio y leyes. Sin embargo, el Reino de Dios es un reino diferente, de otra naturaleza a los reinos de la tierra.

Para comenzar, el reino de Dios no tiene un gobernante terrenal. Su gobernante es Jesucristo quien reina desde el cielo. Tiene leyes (que están escritas en la Biblia), tiene territorio (que nos está esperando en el cielo).

¿Quiénes son los ciudadanos del reino de Dios?

Juan 3:5
Jesús le contestó: –Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Los que pertenecen al reino de Dios son todas aquellas personas que han creído en Jesús, se han arrepentido de sus pecados, se han bautizado y a través del bautismo han nacido de nuevo, esos son los ciudadanos del reino de Dios y herederos de las promesas de Dios.

Al escribirles a los cristianos gentiles de su tiempo, Pedro se dirigió a ellos con las siguientes palabras:

1 Pedro 2:9
Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa,
un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de
Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.

De modo que los ciudadanos del reino de Dios son llamados a ser una nación santa. Un pueblo adquirido por Dios, un sacerdocio al servicio de un Rey. Tenemos un rey a quien rendirle reverencia.

El reino de Dios es cuando entendemos que no estamos para hacer nuestra voluntad sino para hacer la voluntad de nuestro Dios. Eso es el reino de Dios.

El reino de los israelitas había abarcado un área geográfica específica. Ahora el reino de Dios no era en este mundo era algo diferente.

Tenemos un rey y debemos rendirle reverencia, honor, honra, no nos guiamos por estándares humanos, nos guiamos por estándares espirituales. Es un honor tener un Rey como nuestro Padre,  y vivir día a día en su reino. 

Reflexiona: 
  • ¿Valoras el reino de Dios?
  • ¿Sigues los estandares del reino?
  • ¿Eres sumiso a nuestro Rey? ¿A su palabra?