14 de marzo de 2017

Predicar no es para cualquiera, es para quien enseña debidamente el mensaje de la verdad

El pulpito no es para cualquiera… es para quien enseña debidamente el mensaje de la verdad.  


2 Timoteo 2:15
Haz todo lo posible por presentarte delante de Dios como un hombre de valor comprobado, como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que enseña debidamente el mensaje de la verdad.

“Haz todo lo posible…” ¿Qué es para ti “hacer todo lo posible”? Para mi es esforzarme, emplear todas mis fuerzas, hagarrar todos los recursos necesarios… Cualqueir cosa menos “ligereza”.


Cuando predicamos, estamos tratando con la mente de Dios… Los que estan sentados esperan escuchar un mensaje que refleje al Dios de la Biblia, que los instruya, corriga, que los nutra, para que eso se de, es necesario “Enseñar Debidamente”.  

V.15 … ¡Que enseña debidamente!… (otras traducciones “que interpreta rectamente”)

LBLA: “que maneja con precisión”. (2 Ti 2:15).
RVA 1909: “que traza bien la palabra de verdad”.
Griego = trazar rectamente un surco o camino.

La espectativa de Dios para cualqueir predicador es no salirse de ese surco que Dios ha marcado en la Biblia….

¿Cuándo nos salimos?

Cuando agregamos nuestra manera de ser, nuestra manera de pensar, y cuando en vez de predicar a Dios nos paramos enfrente a sacar nuestras frustraciones. Agacho la cabeza con vergüenza cuando recuerdo que en algún momento usé el pulpito para sacar mi frustración con algun hermano, por no tener el carácter (ni el amor) para hablar con Él (ella)… ¡Cuánto pude dañar su Fe! Pues en mi incapacidad no los llevé a ver a Dios sino a mí (Dios me perdone por eso).

Predicar no es para cualqueira… no es para aquel que es ligero con la Palabra, que la interpreta a su manera, que no se prepara y entrega leche en vez de comida solida.

Como lideres Dios espera que demos carne, que construyamos con materiales preciosos la Fe de sus hijos, no que hagamos una construcción con caña y paja que cuando viene la prueba Satanás las destruye (1 Corintios 3:12-14), luego nos preguntamos ¿Porqué se fue aquel hermano? Lo más fácil es decir que se fue por su pecado, pero ¿Construimos? ¿Pusimos todos los simientos necesarios en su Fe? ¿Le dimos carne espiritual? Es nuestro trabajo hacerlo.

Una enseñanza con errores en la interpretación es mostrar a un Dios distorcionado y erroneo, que no es el que vemos en la Biblia.

Predicar no es para cualquiera porque podemos decir algo que Dios no quiere que digamos, requiere de un cuidado y una maxima responsabilidad.

¿Porqué un líder no profundiza?
“No hay tiempo para estudiar más”.
“Sólo necesito fe y ganas”.
“Hay muchas necesidades”.
“Eso de estudiar no se me da”.

Al final es realmente porque somos muy inseguros: no queremos confrontar nuestra visión personal. Puede existir pereza y orgullo.

Aunque los Apóstoles eran hombres sin estudios, Dios guiaba sus palabras, era el Padre quien les decía lo que ellos debían hablar… por consecuencia eran hombres sumamente espirituales.

El objetivo de todo predicador es que su audiencia mire a Dios. Una prédica debe ser una conversación “amable”. Puede haber retos, desafíos, pero en un ambiente saludable. Cuando hay amor, los retos se sienten bien, promueve la gratitud y reconforta. Cuando no hay amor, los retos son martillazos sin efecto en los corazones.

Un predicador debe promover la unidad, el amor, la compasión… y quienes escuchan deben concentrarse en tomar lo que Dios les rebele en su palabra.

Al final: En una predica El PASAJE debe gobernar el sermón. Debemos ver una y otra vez el pasaje durante la prédica, una y otra vez y al principal protagonista de todos, que es Dios.

¡Feliz día!