19 de noviembre de 2014

Escogiendo la mejor parte

Lucas 10:38-42
38  Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. 39  Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. 40  Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: –Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. 41  Pero Jesús le contestó:–Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, 42  pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.


¿Cuánto tiempo me tomará arreglar toda la casa para la ocasión? Es tarde y debo de tener todo en orden, pero no importa el sacrificio que me tome, después de todo, no todos los días tenemos al Maestro en casa. Quizás son pensamiento que pasaron por la cabeza de Marta. Estoy seguro que la emoción de recibir no solo a un amigo, sino al hijo de Dios, al Mesías, al Salvador del universo era indescriptible. Había que esmerarse.

En la cultura Judía un invitado se recibía con todos los honores. No era cualquier cosa. Así que allí estaban las dos hermanas, Marta y María, María y Marta, ambas reciben al maestro con una sonrisa, una se sienta y la otra pone toda su atención en atenderlo.

De la cocina a la sala, de la sala al patio, del patio nuevamente a la cocina, en ese corre corre mira de reojo y ve a su hermana, casi inmóvil, con ojos brillosos sin despegarle la mirada a Jesús, postrada, atendiendo y atesorando cada palabra que salía del creador del universo.

¡Jesús! interrumpió Marta ¿No te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo?

¡Pleito entre hermanas a la vista! Me parece que si fuéramos jueces, todos estaríamos de acuerdo con Marta. Lo más lógico es que Jesús le dijera a Marta… ¡Tienes razón! y reprendiera a María diciéndole ¡Ve a ayudar a tu hermana! Pero no fue así.

Jesús tenia guardada una enseñanza para ellas y para nosotros también.

V.41  Pero Jesús le contestó:–Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, 42  pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.

¿Qué está pasando aquí? Al final a la que reprenden es a Marta. ¿Qué nos quiere enseñar Jesús?

A veces estamos tan ocupados en cosas de la vida, que nos olvidamos de estar en el lugar correcto delante de Dios. En muchas ocasiones nuestras distracciones cotidianas nos desvían de nuestra relación con Dios.

Solo basta con pensar “Voy a orar más tarde, camino al trabajo” para llenarnos de llamadas, correos, quehaceres y olvidarnos de lo principal. Hoy muchos cristianos menosprecian su relación con Dios.

Vivimos en un mundo ocupado, donde tenemos tantas cosas que hacer en el día y todas “Importantes” que perdemos el norte.

¿Estaba Marta haciendo algo malo en pensar en tantas cosas? Posiblemente No. Pero también hay cosas que no son pecados, pero que nos alejan de Dios. EJ. Trabajar no es pecado, pero posiblemente el trabajo nos aleje de Dios. La familia no es pecado, pero posiblemente estemos tan enfocados en la familia que dejamos a Dios en segundo termino.

¿Cómo es nuestra vida Cristiana? ¿Estamos postrados escuchando al maestro? ¿Crecemos cada día producto de tener puesta nuestra atención en las cosas de Dios?

Nada de lo que el mundo nos da puede llenarnos espiritualmente, todo lo que hacemos en el mundo, el trabajo, la escuela, la universidad, son cosas que sirven para cumplir metas propuestas que nos abrirán caminos en la vida, pero nada de eso sirve para llevarnos al cielo. Nada.

La única forma de llegar al cielo es dejar todo a un lado y concentrarnos en nuestra relación con Dios, en escuchar atentamente al Dios del universo. Dios debe ser el todo de nuestra vida, nada debe usurpar su lugar, nada debe desviar nuestra mirada.

María, en medio de todo, pudo escoger la mejor parte, eso le valió el enojo de su hermana, pero le aseguró un lugar en el cielo. Un lugar que en las palabras de Jesús ¡Nadie se lo podrá quitar!

¡Que tengan un buen día!