Isaías
43:4
Porque
te aprecio, eres de gran valor y yo te amo. Para
tenerte a ti y para salvar tu vida entrego
hombres y naciones.
¿Qué es lo más
valioso que tienes? Usualmente las cosas más valiosas son las que más apreciamos
y cuidamos. Es especial
sentir que para alguien somos valiosos, cuando recibimos un abrazo, una tarjeta
u otra demostración de aprecio. Hay alguien que
nos aprecia más que nadie en el mundo y que a veces se nos olvida lo especial
que somos para Él. Ese es nuestro Dios.
Usualmente hay dos escalas de valores
que determinan cuan valioso somos:
1. La escala de Valores del Mundo
2. La escala de Valores de Dios
1. La escala de Valores del Mundo
Lucas
18:9-14
Jesús contó esta otra parábola
para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a
los demás: "Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el
otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba
así: 'Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones,
malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a
la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano. Pero el cobrador de
impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: '¡Oh Dios, ten compasión
de mí, que soy pecador!'Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su
casa y ajusto, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será
humillado; y el que se humilla, será engrandecido."
Lucas nos dice
que Jesús contó esta parábola dirigida a “Algunos
que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás”…
Para los
valores del mundo el fariseo era una persona de mucho valor (con credenciales
por todos lados) Así que Jesús trata de ayudarnos con eso.
El ser humano
en ocasiones tiende a sentirse mejores que los demás Ej: pensamos que somos más capaces, más
sabios, más espirituales, más fructíferos más animados, etc. Pero en otras ocasiones pensamos todo lo
contrario, que no valemos nada….que no merecemos ni levantar la mirada.
Posiblemente
algunos de nosotros hemos creados listas mentales por las cuales yo soy mejor
que tú, o merezco estar mas cerca de Dios que tú, o alguna norma que me haga
pensar que Dios debe valorarme más a mí que a ti. O a lo mejor nos sentimos al revés,
que no merecemos a Dios y que no tenemos
valor delante de El.
El espíritu
competitivo
es algo que ocurre mucho en la sociedad, no es bueno pero es algo muy normal en
los seres humanos. Ej: Aun desde niños vamos creciendo con parámetros que
determinan cuan valiosos somos.
Comparamos nuestra estatura, nuestro
color de ojos, o la estructura de nuestro cuerpo, nuestras edades, en el tamaño
del auto, o cuando ganamos o cuan linda es nuestra casa o la cantidad que cosas
que hemos alcanzado.
Vivimos en un mundo
donde debemos comprobarnos a nosotros mismos y a los demás que somos algo. Lo que tratamos de hacer es hacerle ver a las
personas que “yo soy valioso”.
Nuestra auto
estima depende de todas estas cosas.
“Uno de los síntomas de la baja
autoestima cuando comenzamos a depender de lo que las otras personas piensen de
mí”.
Aun cuando la
autoestima en la psicología se define como “el saber que uno es valioso”, con Dios podemos
comprender que nuestro valor como individuo ni depende de otros nos ven sino de
cómo Dios me ve.
Tú puedes
pensar que según los estándares del mundo estar largo de alcanzarlos, pero Dios
te ve y te dice ¡TÚ ERES VALIOSO PARA MÍ!
Jesús
no era alguien valioso según los estándares del mundo, (Isaías 53 dice que su
aspecto no tenía nada atrayente) Era su corazón lo que impactaba a Dios.
¿Qué tan valioso somos para Dios?
¿Cómo se puede mostrar el valor de una cosa? Solamente a través de una subasta.
1 Pedro 1: 18-19
Pues Dios los ha rescatado a
ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y ustedes
saben muy bien que el costo de este rescate no se pagó con cosas corruptibles,
como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido
en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.
En un sentido
nosotros fuimos subastados…
el otro postor era Satanás. Satanás nos quería también. Pero el pago por
nosotros, no fue con oro, no fue con plata, sino con la sangre preciosa de
Dios.
Lo que nos dice
esta escritura es que valemos para Dios: Más que todo el oro del mundo, más
que toda la plata del mundo. No habría cantidad tan grande que pudiera
comprarnos por lo valioso que somos.
Lo único que
podía comprarnos fue “La sangre preciosa de Cristo” Dios entregó lo más caro
que tenia por nosotros. ¿Te puedes
imaginar cuan valioso somos para Dios?
Ej: Supongamos
que un vendedor de autos te ofrece el negocio del año “un vehiculo espacial que
funciona con energía solar y recorre un promedio de 200 KM por hora. Tú te
montas, elevas la plataforma y sales disparado al espacio. Si viajaras 24 horas
al día, 365 días al año, sin hacer paradas, ¿sabes en cuanto tiempo llegarías
al sol? ¡Setenta años! Supongamos ahora que después de estirar las piernas y
disfrutar el sol un rato preparas tu viaje a tu próximo destino “la estrella
más brillante del sistema estelar más cercano, “Alfa Centauro” eso te tardaría
15 millones de años en llegar.
El amor de Dios para nosotros es mucho más grande que el universo.
Además no cambia, no se extingue, es paciente, tolerante, dispuesto al
sacrificio, perdonador. Así es el amor de Dios.
En el mundo no siempre vamos a ser
valorados…
Ej: decir la verdad, hacer las
cosas bien, no siempre es bien visto. Para el mundo nosotros a veces somos un
estorbo. Es difícil encontrar amigos en la universidad que te acepten con tus
convicciones.
Muchas veces nos hemos sentido rechazados en el mundo….
¿Te has sentido así alguna vez? ¿Qué tal de niños, tus padres te han dicho
inútil o no sirves para nada? ¿Te han hecho sentir que no perteneces a un
determinado lugar? ¿Qué no eres lo suficientemente _________ para estar en
aquel grupo?
Pero Dios no es
así. El nos ama así como somos: Chiquitos, feítos, complicados, etc.
2. El sistema de valores de Dios
Aún como discípulos
tenemos la necesidad de sentirnos valorarlos. ¿No te agrada cuando alguien te
dice que eres valioso?
Satanás actúa diferente al mundo, el sabe que nosotros
no nos medimos con esos parámetros materiales. Va a usar otras tácticas para
desvalorarnos. Podemos llegar a pensar en un sistema de valoración en la
iglesia.
Nuestro sistema
de valoración muchas veces son: Los títulos o los logros alcanzados en la iglesia. Los
años en la Fe, o el número de personas que tenemos a nuestra responsabilidad. Cuántos
discípulos tenemos, etc.
Gálatas 1:10
Yo no busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios.
No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los
hombres, ya no sería un siervo de Cristo!
No podemos
buscar en la iglesia la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No somos valiosos por cuánto
los miembros en la iglesia nos aprueben, sino por cuanto hacemos las cosas para
que sea Dios quien nos apruebe.
2
Corintios 10:17
Si
alguno quiere gloriarse, que se gloríe del Señor. Porque el hombre digno de
aprobación no es el que se alaba así mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.
El hombre que
Dios aprueba es el que menos se alaba a sí mismo. No esperemos alabanzas de
otros para sentirnos valiosos.
Filipenses 2:3-4
No
hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno
considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su
propio bien, sino también el bien de los otros.
El espíritu
competitivo tiene una raíz muy profunda con el orgullo. Como hijos de Dios las
escrituras nos mandan a hacer las cosas ni por rivalidad ni por orgullo. Nada de lo que hagamos tiene
que ser por tratar de demostrarle algo a alguien.
¿Qué debemos hacer para valorarnos
mas como personas y entender que para Dios somos valiosos?
- Necesitamos escuchar más a Dios.
- Debemos evitar hacer comparaciones
- Reemplazar nuestros pensamientos negativos y autodestructivos por la palabra de Dios.
Mira lo que Dios nos dice en la Biblia:
- Mientras Satanás dice “no vales nada” Dios dice en Isaías 43:4 “porque te aprecio y eres de gran valor”.
- “Dios nos se acuerda de mi!” Dios dice en Isaías 49:15 “Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.
- “Dios no me va a perdonar otra vez” Dios dice Isaías 43:25 “yo por ser tu Dios borro tus crímenes y no me acordaré mas por tus pecados”.
- “Dios me ha abandonado” Dios dice Isaías 41:10 “yo estoy contigo no te he abandonado, yo te sostengo con mi mano victoriosa”.
- “Dios no tiene planes para mi” Dios dice Jeremías 29:11 “yo se los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal”.
Te das cuenta cómo
podemos entender nuestro valor delante de Dios. Necesitamos quitar el valor que
tiene el mundo y poner el valor que Dios tiene para nosotros a través de su
palabra.
Isaías 54: 10
Aunque
las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo,
mi
amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi alianza de paz."
Lo
dice el Señor, que se compadece de ti.
Muchas personas no son constantes en su amor, o el amor
que tienen hacia ti depende de las circunstancias que pasas. Sin embargo Dios
dice “aunque los cerros se vengan abajo” y todo cambie, el mundo cambie, las
circunstancias cambien “yo nunca cambiaré” y mi amor será el mismo.
Solo a alguien que amas demasiado
puedes prometerle algo así.
¿Qué pasaría si Dios te escribiera
una carta para decirte cuanto te ama? ¿Qué diría esa carta? Dios lo hizo al
dejarnos la siguiente escritura:
Isaías
43:4
Porque
te aprecio, eres de gran valor y yo te
amo.
Para
tenerte a ti y para salvar tu vida
entrego
hombres y naciones.
Dios escribe
esta carta en Isaías y expresa cuan poeta le expresa a la persona que ama. ¡Estoy
dispuesto a entregar hombres y naciones por tenerte!
El amor de Dios no es de la boca para fuera. El amor de
Dios nos los ha demostrado con hechos. ¿Quién puede decir que Dios lo ha
abandonado? ¿Quién puede decir que no nos bendice a diario?
Realmente somos
afortunados. Levanta la cabeza, camina erguido y siente una profunda felicidad
de saber que el ser más santo y poderoso que existe te considera de gran valor.