Isaías 53 comienza con una pregunta del profeta Isaías
diciendo ¿Quién va a creer lo que hemos oído? ¿Un mesías crucificado,
el hijo de Dios torturado, el salvador sufriendo en una Cruz? ¿Quién va a
creer esto? El mesías tiene que ser grande, el mesías tiene que derrotar, el
mesías tiene poder físico para liberar al pueblo…Nos rehusamos a creer en un
mesías sufriendo a manos de hombres (pequeños hombres pecadores, pequeños
hombres mortales).
El pueblo y los gobernantes se
asustan al escuchar el mensaje de Isaías Nadie iba a creer que el "brazo fuerte del SEÑOR", iba
a rescatar a su gente a travéz de un siervo sufriente.
El mensaje de
Isaías iba a ocurrir ocho siglos después que El pronunciara esas
palabras…Isaías murió y los judíos no entendieron sus palabras.
Vemos en estos
versículos una visión profética del padecimiento y gloria de nuestro maestro.
¿Cuánto vale hoy el sacrificio de Jesús?
Vamos a analizar estos 12 versículos. Estas
palabras son como un cuadro donde se plasmó exactamente lo que ocurrió con
Jesús un par de miles de años atrás.
V.2
El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus
raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía
nada atrayente;
“El señor quiso”…Dios dispuso que
Jesús creciera como planta tierna, con la fragilidad de un ser humano, con la
debilidad de una planta que hunde sus raíces en tierra seca.
El aspecto físico de Jesús no tenía nada
atrayente…Su aspecto interno era el que inspiraba a las masas. Jesús
era precioso a la vista de Dios. (No es nuestro aspecto, ni lo que hablamos
lo que llama la atención de Dios, sino lo que tenemos adentro, en el corazón,
en nuestro ser). El atractivo de Jesús
era que El hizo todo por agradar a Dios, por ser obediente.
V.3 los hombres lo despreciaban y lo
rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a
alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.
El versículo 3 describe la forma en que los hombres
reaccionaron ante Jesús. “Lo que salía de sus corazones era
desprecio” El que desprecia no siente dolor, el dolor lo siente el
despreciado…A Jesús no lo estaban despreciando un extraño, a Jesús lo estaba despreciando su propia creación, los propios
hombres a los cuales iba a salvar ¿Cómo te sientes cuando te desprecian? Jesús
experimentó lo que se siente ser rechazado.
“Era un hombre lleno de dolor”…”Acostumbrado
al sufrimiento”…
¿Quién puede llegar a acostumbrarse al sufrimiento?
¿Cuánto sufrimiento se necesita para que te acostumbres a el?
“No lo tuvimos en cuenta”…
Martín Lutero traduce correctamente así: "lo
estimábamos como nada." Lo contamos como un cero en la izquierda. No le
dimos un segundo pensamiento. Es así como lo valoramos.
V.4 Y sin embargo él estaba cargado
con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros
pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado.
Jesús cargó con
nuestros sufrimientos, Jesús soportó nuestros dolores.
El sufrimiento era para nosotros, pero no fue para
nosotros, fue para Jesús.
Tanto dolor cargó Jesús que el profeta aquí expresa
“nosotros
creíamos que Dios lo había herido, castigado y humillado”…
Lo que miraban los ángeles era una escena terrible, lo
que miraba el profeta era una escena espantosa…El hijo de Dios siendo castigado
¿Porqué? El hijo de Dios cargando los dolores de otros…¡Seguramente Dios lo castigo y
lo humilló!
En su bondad Jesús estaba cargando con
nuestros pecados…
V.5
Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa
de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas
alcanzamos la salud.
El versículo cinco nos dice quienes fueron los culpables
de esa muerte…¿Adivina quienes? somos todos, por nuestra incapacidad de
salvarnos, por nuestra impotencia de no pecar.
Nosotros estuvimos allí ese día… Nosotros
subimos con Jesús al Gólgota…Nuestra rebeldía se transformó en lanza,
nuestra maldades se convirtieron en clavos. Las heridas que le hicimos a Jesús, nos trajeron salud, el castigo que
le hicimos sufrir nos trajo paz.
¿No es injusto? Claro que es
injusto. ¿Acaso es justo que los culpables se salgan con la suya?
V.6
Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio
camino, pero el Señor cargó sobre él la
maldad de todos nosotros.
Cuando dice “todos nosotros” no deja a nadie
afuera.
V.7
Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la
boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la
boca, como una oveja cuando la trasquilan.
Cuando en mi vida soy maltratado ¿Me
someto humildemente? Cuando siento que alguien me lastima ¿Abro
mi boca? ¿Qué sale de mis labios?
Jesús se sometió a
los planes de Dios, aunque esos planes no eran placenteros para El. Jesús se
sometió porque miró a Dios en todo momento.
V.8
Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se
preocupó de su destino. Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los
pecados de mi pueblo.
“nadie se preocupó por su destino”…
¡Si este hombre se muere, ese es su problema!, pensaron todos…
V.9
Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente
perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.
Ya el crimen
estaba hecho…ya no había vuelta atrás…Delante del pueblo Jesús quedó como un
criminal y no solo eso, sino que murió al lado del criminales.
V.10
El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Y puesto que él se entregó
en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus
descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor.
Pienso en las palabras de Jesús “Hay que morir para vivir”…pienso
que las aplicó a su propia vida. Jesús vivió una vida de sometimiento a Dios,
de morir constantemente a lo que El quería. Esa obediencia a Dios, lo llevó a
que los planes de Dios tuvieran éxito en su vida.
V.11
Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo;
el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de
ellos.
Un versículo esperanzador…Después de la
aflicción verá la luz.
¿Sabes que hermano? Dios es justo.
En Dios no hay injusticia. Jesús fue humilde, se sometió a Dios…y vio la Luz.
Dios lo levantó, le dio el más grande de los nombres, y sometió todas las cosas
a Él.
Su muerte no quedó como el gran fracaso de
la historia, todo lo contrario, quedó plasmada como el acontecimiento más
extraordinario que alguien haya hecho en la tierra, ¡fue la gran victoria de
Dios! su legado se extiende como una luz, una luz que a pesar de los años NADIE
HA PODIDO APAGAR, aun el día de hoy sigue iluminando la vida de miles, su
muerte provocó admiración, muchos siguen sus enseñanzas, es el modelo de
hombre, el ejemplo de perfección que jamás se haya pensado. Sufrió por un poco
de tiempo, pero su alegría es eterna.
V.12
Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos
participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los
malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por
los pecadores.
¿Qué significa para mí esta escritura?
·
Significa que a veces olvido lo que Jesús pasó
para verme a mí en su reino.
·
Significa que muchas veces no entiendo, cuanto
mi pecado lastima a Jesús y no soy urgente en quitarlo.
·
Significa que cuando estoy cerca de la Cruz hay
sacrificio, amor, entrega, humildad, pero cuando estoy lejos de la Cruz hago
todo lo contrario.
Así como Jesús
levantó la cruz y la llevó con dignidad, así también nosotros debemos de
levantar el sacrificio de Jesús (cargue con su cruz cada día) y llevarlo
presente cada día de nuestras vidas.
¡Gracias Jesús, nunca podremos pagarte tanto
amor entregado a nosotros!