13 de mayo de 2011

Isaias 53 ¿Quién va a creerlo?

Isaías 53 comienza con una pregunta del profeta Isaías diciendo ¿Quién va a creer lo que hemos oído? ¿Un mesías crucificado, el hijo de Dios torturado, el salvador sufriendo en una Cruz? ¿Quién va a creer esto? El mesías tiene que ser grande, el mesías tiene que derrotar, el mesías tiene poder físico para liberar al pueblo…Nos rehusamos a creer en un mesías sufriendo a manos de hombres (pequeños hombres pecadores, pequeños hombres mortales).

El pueblo y  los gobernantes se asustan al escuchar el mensaje de Isaías Nadie iba a creer que el "brazo fuerte del SEÑOR", iba a rescatar a su gente  a travéz de un siervo sufriente.


El mensaje de Isaías iba a ocurrir ocho siglos después que El pronunciara esas palabras…Isaías murió y los judíos no entendieron sus palabras.

Vemos en estos versículos una visión profética del padecimiento y gloria de nuestro maestro. ¿Cuánto vale hoy el sacrificio de Jesús? Vamos a analizar estos 12 versículos. Estas palabras son como un cuadro donde se plasmó exactamente lo que ocurrió con Jesús un par de miles de años atrás.

V.2  El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente;

“El señor quiso”…Dios dispuso que Jesús creciera como planta tierna, con la fragilidad de un ser humano, con la debilidad de una planta que hunde sus raíces en tierra seca.

El aspecto físico de Jesús no tenía nada atrayente…Su aspecto interno era el que inspiraba a las masas. Jesús era precioso a la vista de Dios. (No es nuestro aspecto, ni lo que hablamos lo que llama la atención de Dios, sino lo que tenemos adentro, en el corazón, en nuestro ser). El atractivo de Jesús era que El hizo todo por agradar a Dios,  por ser obediente.

V.3 los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.

El versículo 3 describe la forma en que los hombres reaccionaron ante Jesús. “Lo que salía de sus corazones era desprecio” El que desprecia no siente dolor, el dolor lo siente el despreciado…A Jesús no lo estaban despreciando un extraño, a Jesús lo estaba  despreciando su propia creación, los propios hombres a los cuales iba a salvar ¿Cómo te sientes cuando te desprecian? Jesús experimentó lo que se siente ser rechazado.

“Era un hombre lleno de dolor”…”Acostumbrado al sufrimiento”…
¿Quién puede llegar a acostumbrarse al sufrimiento? ¿Cuánto sufrimiento se necesita para que te acostumbres a el?

“No lo tuvimos en cuenta”…
Martín Lutero traduce correctamente así: "lo estimábamos como nada." Lo contamos como un cero en la izquierda. No le dimos un segundo pensamiento. Es así como lo valoramos.

V.4 Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado.

Jesús cargó con nuestros sufrimientos, Jesús soportó nuestros dolores.
El sufrimiento era para nosotros, pero no fue para nosotros, fue para Jesús.

Tanto dolor cargó Jesús que el profeta aquí expresa “nosotros creíamos que Dios lo había herido, castigado y humillado”…

Lo que miraban los ángeles era una escena terrible, lo que miraba el profeta era una escena espantosa…El hijo de Dios siendo castigado ¿Porqué? El hijo de Dios cargando los dolores de otros…¡Seguramente Dios lo castigo y lo humilló!

En su bondad Jesús estaba cargando con nuestros pecados…

V.5  Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.

El versículo cinco nos dice quienes fueron los culpables de esa muerte…¿Adivina quienes? somos todos, por nuestra incapacidad de salvarnos, por nuestra impotencia de no pecar.

Nosotros estuvimos allí ese día… Nosotros subimos con Jesús al Gólgota…Nuestra rebeldía se transformó en lanza, nuestra maldades se convirtieron en clavos. Las heridas que le hicimos a Jesús, nos trajeron salud, el castigo que le hicimos sufrir nos trajo paz.

¿No es injusto? Claro que es injusto. ¿Acaso es justo que los culpables se salgan con la suya?

V.6  Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino,  pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros.

Cuando dice “todos nosotros” no deja a nadie afuera.

V.7  Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan.

Cuando en mi vida soy maltratado ¿Me someto humildemente? Cuando siento que alguien me lastima ¿Abro mi boca? ¿Qué sale de mis labios?  

Jesús se sometió a los planes de Dios, aunque esos planes no eran placenteros para El. Jesús se sometió porque miró a Dios en todo momento.

V.8  Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino. Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo.

“nadie se preocupó por su destino”…
¡Si este hombre se muere, ese es su problema!, pensaron todos…

V.9  Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.

Ya el crimen estaba hecho…ya no había vuelta atrás…Delante del pueblo Jesús quedó como un criminal y no solo eso, sino que murió al lado del criminales.

V.10  El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor.

Pienso en las palabras de Jesús “Hay que morir para vivir”…pienso que las aplicó a su propia vida. Jesús vivió una vida de sometimiento a Dios, de morir constantemente a lo que El quería. Esa obediencia a Dios, lo llevó a que los planes de Dios tuvieran éxito en su vida.

V.11  Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos.

Un versículo esperanzador…Después de la aflicción verá la luz.
¿Sabes que hermano? Dios es justo. En Dios no hay injusticia. Jesús fue humilde, se sometió a Dios…y vio la Luz. Dios lo levantó, le dio el más grande de los nombres, y sometió todas las cosas a Él.

Su muerte no quedó como el gran fracaso de la historia, todo lo contrario, quedó plasmada como el acontecimiento más extraordinario que alguien haya hecho en la tierra, ¡fue la gran victoria de Dios! su legado se extiende como una luz, una luz que a pesar de los años NADIE HA PODIDO APAGAR, aun el día de hoy sigue iluminando la vida de miles, su muerte provocó admiración, muchos siguen sus enseñanzas, es el modelo de hombre, el ejemplo de perfección que jamás se haya pensado. Sufrió por un poco de tiempo, pero su alegría es eterna.

V.12  Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.

¿Qué significa para mí esta escritura?
·         Significa que a veces olvido lo que Jesús pasó para verme a mí en su reino.
·         Significa que muchas veces no entiendo, cuanto mi pecado lastima a Jesús y no soy urgente en quitarlo.
·         Significa que cuando estoy cerca de la Cruz hay sacrificio, amor, entrega, humildad, pero cuando estoy lejos de la Cruz hago todo lo contrario.

Así como Jesús levantó la cruz y la llevó con dignidad, así también nosotros debemos de levantar el sacrificio de Jesús (cargue con su cruz cada día) y llevarlo presente cada día de nuestras vidas.

¡Gracias Jesús, nunca podremos pagarte tanto amor entregado a nosotros!