Según una investigación publicada
por el Vaticano hace un par de años, revela que la población mundial conoce
muy poco acerca de la Biblia, y mucho más fuerte aún entiende poco de ella.
La pregunta que resuena en mi mente hoy es…Sí este libro es el único que tiene la capacidad de transformar nuestras vidas ¿Qué tipos de cosas están transformando la vidas de los seres humanos? ¡Cuánta gente necesita entender hoy la palabra de Dios! O mucho mejor aún ¡Cuánta gente como tú y yo necesitamos explicarla!
La pregunta que resuena en mi mente hoy es…Sí este libro es el único que tiene la capacidad de transformar nuestras vidas ¿Qué tipos de cosas están transformando la vidas de los seres humanos? ¡Cuánta gente necesita entender hoy la palabra de Dios! O mucho mejor aún ¡Cuánta gente como tú y yo necesitamos explicarla!
Sólo un promedio de 15 por ciento
de los entrevistados, con cifras variables en cada uno de los casos, pudo
responder correctamente a preguntas básicas del texto religioso mientras el
índice de ignorancia llegó hasta el 50 por ciento.
La investigación confeccionada por
el Gfk Group- se basó en entrevistas a cristianos, católicos y personas de
otras religiones en Estados Unidos, el Reino Unido, Holanda, Alemania, Francia,
España, Italia, Polonia y Rusia. Aunque la mayoría de las personas
declaró tener una Biblia en su casa (entre el 48 al 93 por ciento de los
encuestados) muy bajo resultó el índice de las personas que en los últimos 12
meses leyeron un pasaje de ese libro.
Con excepción de Estados Unidos,
donde un 75 por ciento dijo haber leído partes bíblicas en el último año,
declararon lo propio en España sólo 20, Francia un 27, Italia 27, Alemania 28,
Holanda 31, Rusia 35, Reino Unido 36 y Polonia 38 por ciento.
Estos datos son similares al
interés demostrado por libros de argumentos religiosos en general, mientras en
España un 22 por ciento leyó uno a lo largo de los anteriores 12 meses en
Estados Unidos lo hizo un 58 por ciento.
La Biblia atrajo menos atención
ante otras modalidades de comunicación religiosa, por ejemplo en España 24 por
ciento de los cuestionados señaló preferir una transmisión televisiva contra un
13 por ciento que eligió leer.
En este renglón la diferencia más
sustancial se registró en Holanda donde seis por ciento se pronunció por la
lectura bíblica contra 45 por ciento que prefirió la televisión, algo similar
ocurrió en Francia con siete contra 28 por ciento.
En cuanto a la valoración del texto
bíblico prevalecen quienes lo consideran como “verdadero” contra quienes dicen
que es “falso” así como quienes lo ven como “interesante” sobre los que
sostiene es “aburrido”.