2Corintios
12:7-9
juzgándome por lo extraordinario de esas revelaciones. por eso, para
que yo no me crea más de lo que soy, he tenido un sufrimiento, una especie de espina
clavada en el cuerpo, que como un instrumento de Satanás vino a maltratarme.8 Tres veces le he pedido al Señor que me quite ese sufrimiento; 9 pero el Señor me ha dicho: "Mi amor es
todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad."
Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
No
sé si te identificas con Pablo…habían pasado 5 décadas desde la muerte de nuestro
señor Jesucristo y cerca del final de su segunda carta a los Corintios hace una
confesión extraordinaria “tres veces le he pedido al señor que me quite ese
sufrimiento, pero el señor me ha dicho “mi amor es todo lo que necesitas”.
La
respuesta de Dios ante el sufrimiento y la petición de Pablo fue tan directa
como impactante, en otras palabras “Tienes mi amor y eso es suficiente”. Pero ¿podemos
entender esto nosotros cuando estamos sufriendo, cuando hay una necesidad en
nuestras vidas? A veces no.
¿Un
espina clavada en el cuerpo?
Sin
duda esta expresión era la forma en que Pablo sentía ese sufrimiento. Cada quien
percibe el dolor de la necesidad de una forma particular y única.
Las versiones
españolas de la Biblia suelen traducir por “espina” o “aguijón” la palabra a la
que nos referimos. Sin
embargo la palabra griega es skólops, y es más probable que se refiera a una estaca.
Muchos eruditos han tratado de interpretar cual era el
sufrimiento al que Pablo se refería, unos han sugerido que se debía a
tentaciones espirituales (Calvino), otros a la oposición y persecución que
Pablo tenía que arrastrar (Lutero). Sin embargo ninguna de estas
interpretaciones parece ser la adecuada.
Dando el margen de
la duda para mí es más probable que se tratara de alguna especie de dolor que
cabeza que afectaba su vista. (Esta era la posición de Tertuliano y Jerónimo).
Después de pasar la
gloria del camino de Damasco, Pablo estuvo ciego (Hechos 9:9). Puede que sus ojos
no se recuperaran nunca del todo. Pablo dice de los gálatas que habrían estado
dispuestos a sacarse los ojos para dárselos (Gálatas 4:15). Y al final de
Gálatas escribe: « ¡Mirad que letrota tan grande escribo!» (6:11), como si
estuviera describiendo la manera defectuosa de escribir de una persona que
apenas podía ver.
Lo cierto es que sea cual fuera el dolor que Pablo sufría, era
intenso, deseaba quitarlo y recurrió a Dios.
Hoy, quizás tu
dolor es igual de intenso, tal vez estás atravesando una situación en la que
sientes que “Una espina atraviesa tu cuerpo” y ¿Quién desea sentirse así? La
queremos quitar, pero no vemos luz al final de camino. ¿Qué le quería enseñar Dios
a Pablo? ¿Qué nos quiere enseñar a nosotros?
Hay varias cosas que podemos concluir:
El dolor que Pablo sentía tenía el propósito de ayudarlo
El versículo 7 dice
“para que no me crea más de lo que soy” en otras palabras “para evitar que me
volviera orgulloso”. En medio de situaciones difíciles tras bambalinas Dios
está trabajando en nosotros, enseñándonos. No estamos exentos del sufrimiento
(aun cuando lo que sufrimos sea injusto) Jesús atravesó todo tipo de
sufrimientos, pero mientras más sufrimiento sentía, mas se encomendaba a Dios,
y Dios actuó poderosamente en Él (1 Pedro 2:23).
El sufrimiento nos
enseña mucho de humildad, nos enseña que no somos lo suficientemente buenos
como pensamos, ni autosuficientes, nos enseña que tenemos un Dios que piensa y
actúa muy diferente a nosotros. Pero aun en medio de esas situaciones Dios está
con nosotros (aunque parezca que no lo está).
La mirada puesta en lo que es importante
La respuesta de
Dios ante el sufrimiento de Pablo fue sorprendente “Mi amor es todo lo que
necesitas” cuantas veces en mi vida como cristiano, cuando estoy quejándome,
cuando veo lo que los demás tienen, cuando no estoy viviendo feliz por alguna situación
determinada, Dios vuelve a mí y me dice “Mi amor es todo lo que necesitas”.
A veces perdemos el enfoque en medio del sufrimiento, tendemos a
desviar nuestra mirada de Jesús, entonces nuestras peticiones se convierten en
quejas, quejas que cada día se hacen más grandes y pesadas y que son el
semillero para todo tipo de amarguras.
Dios espera que aun
en medio del sufrimiento podamos valorarlo, podamos poner su amor como lo principal
que hemos alcanzado en la vida.
¿Qué
significa tener el amor de Dios? Significa
que formas parte de la minoría de seres humanos que tienen una relación con
Dios, significa que no solo vives para esta vida, sino que tienes promesas de
vida eterna, significa que cada mañana que te arrodillas puedes gozar de la
gracia de Dios y el perdón de tus pecados, significa que mientras otros luchan
solo, tu luchas con la ayuda del espíritu Santo, significa que aun si lo
perdieras todo en la vida, Dios nunca te abandonaría.
Pensemos… Somos
afortunados, ¿Cuántas personas quisieran gozar del amor de Dios? Cuantas
personas tienen todo en la vida, pero les falta lo principal. No hay nada que
pueda superar el amor de Dios, podemos estar enfermos, podemos sufrir, podemos
atravesar dificultades de todo tipo, pero si tenemos el amor de Dios lo tenemos
todo.
¿Qué podemos concluir?
Dios no le quitó el dolor a Pablo, pero le dio la fuerza para
soportarlo y para hacer de él un hombre humilde. A pesar de sentir
ese dolor no lo limitó para hacer grandes cosas por Dios (Su poder se mostró
grandemente en la debilidad)… ¿Qué hizo Pablo?
Fundó
cerca de 16 iglesias.
Escribió
13 cartas de las 27 del NT.
Levantó
muchos líderes.
Ayudó
a convertir a cientos de personas.
Fue
llevado al Paraíso en vida.
Hizo
muchos milagros
¿Qué te aqueja a
ti? ¿En donde pones tu confianza? ¿Te has dado cuenta que el amor de Dios es lo
único que necesitas? Antes podíamos tener muchas cosas, pero mientras Dios no entró
a nuestras vidas, nada tenía valor.
¿Tienes
una oración como la de Pablo?
Trata de escuchar la voz de Dios que dice “Mi amor es todo lo que necesitas”. Valora
y pon a Dios en el primer lugar de tu vida, enfrenta tus necesidades con
valentía y permite que el poder de Dios se muestre aun en la debilidad.
¡Bendiciones!