Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará
hijos suyos. Mateo 5:9
Seguramente todos estaríamos de acuerdo que la paz es
importante, necesaria, increíble, y la anhelamos en todos los ámbitos de
nuestra vida.
Lo interesante de las palabras de Jesús es que no nos dice
si “nos gusta la paz”, sino más bien si “trabajamos
por ella”.
A medida que avanza nuestra sociedad pareciera que la paz
se diluye en medio de los problemas (basta con ver los diarios para darse
cuenta de esa realidad).
Si la Paz es tan especial como mencionamos antes ¿Por qué
no todos trabajan por ella? Trabajar por la paz no es fácil. La paz no llega como si tuviéramos una
varita mágica, la paz se construye, se forja, hay que pagar un precio.
Trabajar por la paz implica meterse donde hay conflicto ¿Acaso es fácil meterse en matrimonio que está a punto de separarse?
¿Es fácil lidiar con un conflicto entre dos hermanos? ¿Es fácil ser humilde con
el propósito de que haya paz? Definitivamente no.
El Premio
Nobel de la Paz es uno de los cinco Premios Nobel
que fueron instituidos por el inventor e industrial sueco Alfred Nobel.
Este premio se otorga "a la persona
que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones.
Este premio ha sido otorgado (a la fecha) a
98 personas y a 20 organizaciones desde su creación en 1901. No fue otorgado
durante los principales años de las guerras mundiales.
Entre
sus ganadores están personajes conocidos como: Madre Teresa, Adolfo Pérez
Esquivel, El Dalái Lama, entre otros. Lo interesante de este premio (aparte de
los tintes políticos que a veces tiene) es que se puede resumir el trabajo de
estos hombres con frases como «Líder de los derechos humanos» “Por haberse
opuesto al uso de la violencia”. Por haber abogado por soluciones pacíficas
basadas en la tolerancia y el respeto mutuo” etc.
La pregunta
para los cristianos es ¿Cuál sería nuestro legado de Paz? Cuando mencionen tu
nombre en el cielo ¿Cuál sería la frase que lo complementaría? Es interesante que
estos hombres (muchos no tienen a Dios en sus corazones) trabajaron por la Paz,
estuvieron dispuestos a sacrificar tiempo, esfuerzo, dinero, por algo que
traería paz a la sociedad. Yo me
pregunto ¿No deberíamos los cristianos hacer lo mismo?
Ser
hombres de paz comienza por nuestra casa, por nuestros amigos, por nuestros
hermanos, y por las personas que buscan paz en su vida y que tú puedes llegar a
ellos.
Tal
vez nunca estaremos en la lista de premios nobel de la Paz, pero tendremos a un
Dios que ve nuestro esfuerzo desde el cielo.
“Dichosos los que trabajan por la Paz” Hay regocijo, hay dicha,
hay felicidad, pero a demás de eso “Serán llamados hijos de Dios”.