Salmo 78:72
y
David cuidó del pueblo de Dios;
los
cuidó y los dirigió con mano hábil
y
corazón sincero.
Este salmo hace un resumen en el liderazgo
de David para con el pueblo de Dios. Lo interesante es que la primera característica
que resalta la Biblia...David “Cuidó” al pueblo de Dios y luego
dice lo demás.
Antes de adentrarnos en el mundo de los
talleres, las capacitaciones, los libros de liderazgo y todo lo demás, debemos
percatarnos que una de las funciones básicas del liderazgo es el cuidado. Jesús
le expresó a Dios…“"Padre,
de los que me diste, no se perdió ninguno” (Juan 18:9)
Un líder no está haciendo bien su trabajo
mientras no esté cuidando a su gente. Cuidado implica fijar nuestra atención en
lo que se nos ha encomendado. Debemos cuidar al pueblo de Dios como cuidamos lo que más vale para nosotros.
La siguiente característica que la Biblia
nos menciona de David es la eficiencia… David dirigió al pueblo “Con mano hábil”.
Algo que es seguro es que cuando un líder entiende la confianza que Dios puso
en él para encargarle el cuidado de su pueblo, no puede hacer su trabajo en
medio de la despreocupación y el descuido.
Un líder que entiende eso, estará preocupado
por estar siempre cerca de Dios, pero también estará enfocado en crecer. No
podemos llamar a los hermanos al crecimiento si nosotros estamos estancados. Un
líder de Dios debe anhelar todo aquello que puede hacer de él un mejor líder.
Debe estudiar mejor su Biblia, debe leer constantemente material que pueda
fortalecer sus áreas débiles.
Un líder que no entrena a sus otros líderes
tarde o temprano se frustrará al ver que no pasa nada con su equipo de trabajo.
¿Acaso Jesús fue descuidado? Jesús todo el tiempo entrenó, siempre estuvo haciéndoles
exámenes espontáneos a sus discípulos para probar su Fe, soñó por ellos, los corrigió, pero
sobretodo los amo y lo llamó “Mis Amigos".
La tercer característica en
el liderazgo de David es el "Corazón Sincero”
Cuando nuestro corazón es sincero, nuestro
liderazgo es sincero también. Un líder sincero no busca las vanaglorias típicas
del liderazgo, no enseña a los discípulos a tirarles palmas, no recibe gloria
que no merece, sino más bien ama de corazón a los hermanos. No es amoroso, preocupado,
atento, entregado, cuando tiene el titulo de líder bajo el brazo, también lo es
cuando no es líder. Los hermanos no notan una diferencia cuando está o no en el
liderazgo porque él siempre es el mismo con ellos.
Un líder sincero comunica la verdad a los
hermanos en privado y no habla de nadie a las espaldas, levanta la cara
sabiendo que puede ver a los ojos a todos.
Un líder sincero sobretodo tiene buenas
motivaciones, tan claras, tan puras que no intenta agradar más que a Dios y de
eso le vienen las fuerzas de continuar a pesar de lo que difícil que se ponga
el trabajo, él sabe que es a Dios a quien sirve y Él quien se lleva toda la
gloria.
Seamos mejores cristianos y por consecuencia
seremos mejores líderes, que cuidan, que tienen manos agiles y con tienen un corazón
sincero para dirigir.