Mateo 13:44
"El
reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre
encuentra el tesoro, y lo vuelve a esconder allí mismo; lleno de alegría, va y
vende todo lo que tiene, y compra ese terreno.
¿Qué es el reino de Dios para ti? ¿Cómo
lo puedes definir? Dejemos que el maestro nos dé una de sus definiciones para
el reino.
Jesús describe el reino de Dios como un tesoro escondido.
Algo que está escondido es difícil de hallar.
Muchos viven y muren sin encontrar el reino de Dios en sus vidas. Pueden pasar
cerca, pero no dan con la ruta adecuada porque el tesoro está escondido.
Hablemos del tesoro ¿qué es un tesoro?
Es algo valioso. No sé si alguien te ha dicho “eres mi tesoro” si es así, posiblemente
sea una persona que te ama. Uno se siente especial porque entiende que para ella
o él nosotros valemos mucho.
Así es el reino de Dios, Jesús lo
compara con un tesoro, porque para Dios es especial, algo de valor
incalculable.
Un hombre encuentra el tesoro…
No sabemos si lo encontró porque lo
andaba buscando o por casualidad, el hecho es que Jesús describe a un hombre
que lo encontró. ¿Qué hizo este hombre? Lo vuelve a esconder. ¿Por qué? Porque
el terreno es de él. Así que vende TODO lo que tiene y se compra el terreno. Para
este hombre las cosas que tenía no eran lo suficientemente valiosas comparadas con
lo que se encuentra enterrado en ese terreno ¡Así que se desase de sus cosas!
Cada uno de los que hemos tenido la bendición
de encontrar el tesoro del reino, hemos vendido todo lo que tenemos. Lo vendimos
porque consideramos que el reino de Dios es más valioso que cualquier otra
cosa. Tomamos nuestra vida, las cosas que hacíamos y que no le agradaban a Dios
y nos deshicimos de ellas. NADA DE LO QUE TENIAMOS VALIA LA PENA SI LO
COMPARAMOS CON EL GRAN TESORO QUE ENCONTRAMOS.
La descripción que nos da Jesús de este
hombre es un hombre “Lleno de Alegría” por haber hecho ese hallazgo. Y yo me
pregunto si vivimos alegres en el reino de Dios, contentos de lo que Dios nos
ha dado.
Espero que esta escritura nos dé una
visión de apreciación del reino y que entendamos que nada de nuestra vieja vida
valía tanto.
Valoremos el reino de Dios y definámoslo
como Jesús lo definió “Un gran tesoro”.