¿Los niños se van al
cielo? Quizás en algún momento de tu vida te has hecho esa pregunta, o
simplemente has escuchado todo tipo de enseñanzas que tratan de responderla. El
propósito de este estudio es analizar esta doctrina a la luz de la Biblia y
fortalecer nuestras convicciones en este tema.
Cuando
nos cuestionamos si los niños se van al cielo, saltan a nuestra mente las
siguientes preguntas...
1.
¿Es necesario bautizar a los niños para
salvación? ¿Vivimos bajo el pecado original?
2. ¿Qué les sucede a los bebés y a los niños que mueren
antes de ser lo suficientemente grandes como para responder al evangelio? ¿Hay
una edad estipulada por Dios que los condena o los absuelve?
Respondiendo…
1.
¿Es necesario bautizar a los niños para
salvación? ¿Vivimos bajo el pecado original?
El “bautismo infantil”
no está en la Biblia. Algunos piensan
que se originó a finales del Siglo II, sin embargo bautizar niños no fue la
norma para la iglesia en aquella época.
Ireneo a comienzos del s. III, enseñó que el pecado de Adán robó al hombre
su semejanza al creador. Tertuliano
(160-220) desarrolló la doctrina más como la conocemos hoy en día, y
finalmente, Cipriano hizo una conexión con la necesidad de bautizar infantes.
La enseñanza de Agustín en el siglo IV de la doctrina del “Pecado
Original” fue aceptada completamente para el s. V. Agustín, a menudo
considerado como “el padre de la Iglesia Católica”, enseñó que debido a Adán,
cada bebé era nacido en pecado. De esta manera si algún bebé moría su alma se
perdería. Para asegurarse que su alma no se perdiera se propagó esta doctrina
falsa.
Las razones de la propagación de esta doctrina
fueron más bien sentimentales. En el
mundo antiguo la tasa de mortandad infantil era muy alta, haciendo que los
papás cristianos bajaran la edad del bautismo cada vez más, hasta llegar a los
bebés. Así los niños que murieran también tendrían la distinción y el honor del
bautismo.
La aceptación del “bautismo infantil” como doctrina de la iglesia fue
un síntoma más de cómo la iglesia se iba alejando de la Biblia y era dirigida
por tradiciones humanas. Para el año 549 se vuelve “doctrina católica”. La
doctrina hermana del “bautismo infantil”, “la confirmación”, tampoco tiene una
base escritural.
Versión final de la doctrina en el Catecismo
Católico: “Puesto que nacen con naturaleza
humana caída y manchada por el pecado original, los niños necesitan también el
nuevo nacimiento en el Bautismo para ser librados del poder de las tinieblas y
ser trasladados al dominio de la libertad de los hijos de Dios, a la que todos
los hombres están llamados. La pura gratuidad de la gracia de la salvación se
manifiesta particularmente en el bautismo de niños. Por tanto, la Iglesia y los
padres privarían al niño de la gracia
inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después
de su nacimiento” (p. 358, #1250).
¿Cuál es la creencia de las iglesias conservadoras
protestantes con respecto a este tema?
“Niños fueron incluidos
en el pacto de gracia del AT a través del Sacramento de la Circuncisión, y en
el Nuevo Pacto, Dios no ha cambiado sus intenciones a los niños. La
circuncisión ha sido reemplazada por el bautismo. Así, nuestros niños deben ser
llevados al pacto de gracia y unidos a Cristo a través del Bautismo como la
gente de Dios en tiempos antiguos fueron llevados al pacto a través de la
Circuncisión”. (Alianza de Evangélicos Confesos, 2002).
Uno de los primeros grupos en oponerse al bautismo
infantil fueron los “Anabautistas”. Eran un grupo muy radical del S. XVI. Ese
nombre se los pusieron sus enemigos, significa “rebautizadores”, e intentaron
relacionarlos con la herejía y los persiguieron fuertemente. Ellos rechazaban
el bautismo infantil porque no lo consideraban válido.
El concilio de Zurich perdió la paciencia y el 7 de marzo de 1526
decidieron que cualquiera que fuera encontrado rebautizándose se le ahogaría
hasta morir. En 1529 la Dieta Imperial de Speyer proclamó a los “Anabautistas”
como una herejía y que deberían ser condenados a muerte. Durante los años de
Reforma, entre 4 y 5 mil fueron ejecutados por fuego, agua y espada.
Análisis
bíblico de la doctrina
- Ezequiel 18:20. La persona que peque morirá. Responsabilidad personal.
- Colosenses 2:12. La Fe es necesaria para la salvación en el bautismo. Un niño no tiene fe personal, por lo tanto no puede ser bautizado.
- Hechos 2:36-39. El Bautismo también está relacionado con arrepentimiento. No hay forma de que un bebé o un niño puedan arrepentirse de sus pecados futuros y reconocer a Jesús como Señor antes de ser bautizados.
- Algunas personas defienden el bautismo infantil con bases en las conversiones familiares (Hechos 10, Hechos 11, Hechos 16, etc.). Pero analizando esas escrituras vemos que quienes fueron bautizados sufrieron un proceso de conversión: escucharon, entendieron, y respondieron al mensaje.
- Eclesiastés 7:29, Romanos 7:9. Dios nos hizo perfectos, pero nosotros decidimos la maldad. Cuando Pablo creció suficiente entendió la ley de Dios y el pecado lo derrotó.
- Deuteronomio 1:15 Dios emite su juicio contra la generación Israelita, pero excluye precisamente a los niños. Dios no atribuía culpa en ellos. No eran responsables de sus acciones. Dios nos los juzga ni los castiga.
- Mateo 18:1-4,10. Jesús nos pide hacernos como niños para entrar en el Reino. Si los niños estaban en pecado (ya que no eran bautizados, todavía no se inventaba esa doctrina), ¿cómo era posible que Jesús nos pidiera ser como ellos?
Si revisamos algunos escritos de los Padres de la
Iglesia encontramos lo siguiente:
“Dejen que los niños vengan cuando ya crecieron. Déjenlos convertirse en
cristianos cuando ya son capaces de conocer a Cristo. ¿Porqué acelerar el
período inocente de la vida hacia la remisión de pecados?”. (Tertuliano, 198 D.C.).
“¿Cuánto más nosotros debemos dejar de
estorbar a un infante? Porque él, no ha pecado más que el ser nacido en la
carne de acuerdo a Adán, él ha contraído el contagio de la muerte antigua en su
nacimiento. Por esta razón, él se acerca más fácilmente a la recepción del
perdón de los pecados”. (Cipriano,
250 D.C.).
En conclusión a este punto, los bebés no necesitan
ser bautizados, ya que no necesitan perdón de nada, porque no hay nada de qué
perdonarlos. No necesitan ser salvados, porque ya son salvos.
2.
¿Qué les sucede a los bebés y a los niños
que mueren antes de ser lo suficientemente grandes como para responder al
evangelio? ¿hay una edad estipulada por Dios que los condena o los absuelve?
Los niños revelan
rebeldía como consecuencia de su carácter pero no tienen conciencia de rebelión
contra Dios.
Si Dios no juzga a los niños, ¿Dónde se van cuando
mueren?
Debido
a que la Biblia no dice explícitamente hacia dónde van los niños cuando mueren
en la infancia, parece implícito que van al cielo.
Tal
vez el único pasaje en la Escritura que explícitamente habla acerca de dónde
van los bebés que mueren en la infancia es 2º Samuel 12. En el
contexto de este pasaje, David comete adulterio con Betsabé. El profeta Natán
enfrenta con valentía a David acerca de su adulterio y le dice que el niño que
Betsabé ha concebido morirá. Como resultado de esta confrontación, David
confiesa su pecado y pasa la noche acostado en tierra, sin comer pan y
llorando. Al séptimo día, cuando se entera de la muerte del niño, deja de
llorar y ayunar y se cambia de ropas. Sus siervos le preguntan que por qué ha
hecho esto y David responde: “Viviendo aún el
niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de
mí, y vivirá el niño? 23Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré
yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” (2º Samuel 12:22-23).
El texto parece
implicar que el niño fue al cielo ya que David dice: “Yo voy a él, mas él no
volverá a mí.”, y en otros lugares de la Escritura se indica que David fue al
cielo (Salmo 16:10-11; Hebreos 11:32).
Es
difícil ser dogmático en cuanto a este tema, pero podemos descansar en el hecho
de que Dios es santo y justo. Por lo tanto, cualquier cosa que Dios escoja
hacer con los niños será lo mejor para ellos.
Conclusiones:
- Cada persona decide libremente seguir o no a Jesús, no es por imposición tradicional. Se requiere de una Fe personal, un arrepentimiento de corazón y bautismo para la salvación.
- La doctrina del bautismo infantil es completamente falsa e inútil para la salvación del hombre. Es meramente una tradición religiosa.
- No hay una edad fija que podamos estipular en que se condena o absuelve a un niño, esto porque los niños (o jóvenes) maduran en diferentes edades o siclos. Hay un momento que ellos no son consientes de la responsabilidad de sus pecados.
- Por tanto los niños que no son bautizados se van al cielo, y están cerca de Dios por cuanto no han cometido pecado.
Referencias:
- “Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana” “The Baker Encyclopedia of Christian Apologetics”, Norman Geisler
- “Libro de principios Bíblicos” Iglesias Internacionales de Cristo- México y Centroamérica.
- Grupo MEEBI