Josué 3:5
Y Josué les dijo: "Purifíquense, porque
mañana verán al Señor hacer milagros.”
¿Qué se necesita para ver milagros? La
respuesta es Fe
Todos los héroes en la Biblia fueron
recordados por la Fe que tenían. Trabajaron, hicieron muchas obras pero su Fe
los caracterizó.
El mundo está perdiendo la Fe. Si hay
personas en el mundo que deben levantar la Fe de los demás, eso somos nosotros,
los discípulos, pero ¿cómo está nuestra Fe?
En
esta porción de la escritura vemos al pueblo Israelita a punto de pasar el
Jordán.
Atrás habían quedado los años en el desierto, ahora les esperaba la promesa de
una tierra. Era una nueva generación, Moisés le sede el liderazgo a Josué y
para Josué era todo un reto pues la pregunta era ¿Podrá este hombre tener la
misma unción que Moisés tenía con Dios? ¿Será capaz de guiar al pueblo de Dios?
Josué
los reúne y les dice: “Purifíquense que
mañana verán al Señor hacer milagros”.
Yo me pregunto ¿Cómo es que este hombre
puede hacer semejantes declaraciones? Veo una seguridad en sus palabras, un
desafío a ver la gloria de Dios. Cuando reflexiono en cómo llegó Josué a
expresar estas palabras llego a la conclusión que la Fe no es más que un
entendimiento profundo de quien es Dios. Josué estaba convencido de esto.
¿Cómo
llegó a entender esto Josué? Recordemos lo que Dios le dice anteriormente.
Josué 1:5-6
Nadie te
podrá derrotar en toda tu vida, yo estaré contigo así como estuve con Moisés,
sin dejarte ni abandonarte jamás. 6 Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la
tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados.
Josué
sabía quién era Dios y estaba seguro no solo que tenía el poder para hacerlo
sino que era fiel a sus promesas.
Muchas veces hay más incertidumbre que
certeza. Más miedo que Valor. Duda que Fe.
Cuando hablamos no nos comprometemos. No
hay un desafío al poder de Dios. A veces porque nosotros mismos no lo creemos.
Por eso me reta esta escritura.
Una vez leí esta frase en un libro “Sí
quieres caminar sobre el agua, tienes que salir de la barca”… La barca es
cómoda, no es desafiante, no se requiere Fe para caminar en ella, mientras que
en el agua sí.
Josué
se estaba lanzando al agua aquí.
Josué era nuevo al frente del pueblo. Pero
Josué confiaba en las palabra de Dios “Yo estaré contigo” “Ten valor y
firmeza”.
Me llama la atención también que Josué llamó
al pueblo a purificarse.
La
purificación usualmente era la antesala a un acontecimiento grande de parte de
Dios.
Esta purificación
consistía en una limpieza general (Exo_19:10-15). Muchas veces antes de
hacer un sacrificio, o como en este caso, antes de presenciar un gran acto de
Dios.
Josué dice”Purifíquense”…
No digo que Dios no pueda trabajar en
el pecador o en aquella persona que anda tambaleando en la Fe, pero es cierto
que cuando tenemos un corazón dispuesto a dejar que Dios nos moldee, acompañado
de un temor reverente a su palabra, cosas grandes comienzan a pasar.
Esta escritura me motiva a preguntarme ¿De
qué cosas tengo que purificar mi vida? ¿Qué cosas están impidiendo que Dios
pueda usarme y no me están preparando para ver la gloria de Dios?
Recuerda
tenemos a un GRAN Dios en el cielo, capaz de llevarnos a lugares que nunca
pensamos ir de acuerdo a nuestra Fe, creamos en Él y sus promesas,
purifiquémonos y dejemos a Dios hacer milagros en nosotros.