29 de noviembre de 2010

El poder del Perdón

Introducción:

El perdón es un tema fundamental que abona a las buenas relaciones entre hermanos.

Antes de entrar de lleno, es importante entender que en esta vida sufriremos heridas. En un mundo donde abunda el pecado y donde cada uno de nosotros lucha con su propia naturaleza, el dolor es inevitable. Todos hemos sido y seremos ofendidos, heridos y tratados injustamente.

Cada vez que nos hieren o nos lastiman tenemos la oportunidad de escoger como responder a nuestro ofensor. Esencialmente hay dos maneras de hacerlo. Podemos convertirnos en “cobradores de deudas. O tomamos otro camino “responder como Dios quiere que lo hagamos y es el camino al perdón.


En el Antiguo Testamento el concepto del perdón se expresa principalmente por medio de palabras de tres raíces diferentes.

Kaphar: generalmente trasmite la idea de expiación, y frecuentemente se emplea en relación con los sacrificios. Su uso para “perdonar” implica que se lleva a cabo una expiación. (Deuteronomio 21:8; Salmo 78:38, Jeremías  18:23).

Nasa: significa básicamente “levantar”, “llevar”, y nos presenta un cuadro gráfico en que el pecado es retirado del pecador e inmediatamente llevado.
Génesis 50:17; Fue usada por los hermanos de José cuando le pidieron que les perdonara
Éxodo 34:7; Números 14:18 Dios la usa al proclamar que Él es un Dios «que perdona. Salmo 32:1 “Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le son perdonados”.  

Salach: De derivación desconocida, pero que en su uso se asemeja mucho a nuestro ‘perdonar”.

En el NT hay varios verbos que debemos considerar:

Jarizomai: “tratar benévolamente”
Aphieµmi: despachar’, ‘soltar’.
Apoluõ: que además de significar «dejar», «despedir», etc., se traduce también «perdonar». Lucas 6:37, Romanos 3:25.

Vamos a ver lo que Jesús nos enseña acerca del perdón…

Entendamos primero que El perdón no es una emoción sino una oportunidad. Perdonamos no por sentimiento sino mediante un acto de voluntad.

Mateo 18:21-35

21Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús:
Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? 22  Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
23 “Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. 24  Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. 25  Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. 26 El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó:’Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.’ 27  Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. 28  “Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ‘¡Págame lo que me debes!’ 29  El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. 30  Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. 31  Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. 32  Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste.
33 Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. 34  Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.” 35  Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

V21-22
Una pregunta muy importante para Pedro. Era interesante saber esa respuesta ¿Cuántas veces debo perdonar? Talvez muchos se hicieron esa pregunta en su mente, pero Pedro se aventó a decirla y no solo eso, sino que llevó una propuesta: ¿hasta siete?

Según la regla Judía tres veces era suficiente para perdonar a alguien. Talvez Pedro pensó que era generoso con su perdón. Talvez nosotros que hemos perdonado a alguien muchas veces podemos pensar que también somos generosos.
Jesús le responde “setenta veces siete”
¿7 x 70= 490? ¿Será suficiente esa cantidad? Jesús no hablaba de números, más bien estaba quitando los números, esta cantidad era referida para indicar  una cifra ilimitada, infinita.

En la voluntad de Jesús no es aprobado un “hasta aquí no mas” o “me la haces una mas y ya no te perdono”. Ej: ¿No te ha pasado que alguien te ha lastimado, no una, ni dos, sino muchas veces? A veces sentimos que hemos llegado al limite, o expresamos “Esa fue la gota que derramó el baso” pero para Jesús esas no son razones suficientes para no decir una vez mas “TE PERDONO”.

El problema aquí no es que no entendamos lo que Jesús dijo de “setenta veces siete”, el problema es que nuestro corazón prefiere perdonar 7 veces nada más.

¿Lleves la cuenta de las veces que alguien te falla? cuando ya te cuesta es que estas llegando al limite.

Para ayudarnos  más Jesús cuenta una historia:

Jesús dice que esta parábola es similar a lo que sucede en el reino de los cielos. En otras palabras es para mí y para ti. Es para nosotros los cristianos.

Los personajes de la Historia:
El Rey, El funcionario del Rey y El compañero que le debía al funcionario.

Dice la Biblia que “En un momento determinado” el rey quiso hacer cuentas con sus funcionarios: esto es importante que lo entendamos pues no nos dice “Cuándo específicamente hizo cuentas con sus funcionarios” Eso demuestra la libertad del rey de llamar a rendir cuentas cuando El así lo desee.

Uno de ellos le debía muchos millones. El problema de este es que este ¡no tenia con que pagárselos! (la solución según la ley era llevarse  como esclavos a El, su esposa e hijos junto con todas sus posesiones para que quedara pagada la deuda)

Eso era bien retante…
¿Qué hizo este hombre? Se arrodilló y le rogó.  ¿Qué hizo el rey? Tuvo compasión y le perdonó la deuda. No dijo ¡te doy un plazo! No. Le perdonó la deuda. El funcionario iba por prorroga. El Rey dijo “Te perdono todo”.

Al salir de allí se encuentra con su compañero que le debía y ¿Qué hizo el funcionario? Se acordó que le debía y lo agarró del cuello y casi lo ahogaba: La ley romana permitía esta acción, algunas personas que debían eran llevados al tribunal agarrados del cuello. ¿Cuánta cólera debes de sentir por alguien hasta al punto de agarrarlo del cuello y agredirlo? Así se sentía este hombre con su compañero.

El rey mas adelante le reprocha por su actitud (lo veremos después) pero ¿Qué hizo que este hombre reaccionara así? ¿Por qué agarró a su compañero y le cobró la deuda?

Este hombre no entendió lo que habían hecho con El.
Cuando vivimos en la vida sin entender lo que hacen por nosotros generalmente no somos agradecidos con esas personas.
Este funcionario fue tan rápido para olvidar que saliendo de la presencia del rey agarro a su amigo y lo estranguló.

¿Sabes porque se enojó tanto el Rey? Por la diferencia entre lo que le perdonó al funcionario y la pequeñez que este no quiso perdonar.  

Hagamos cuenta:

La deuda del funcionario: 10.000 talentos
Un talento eran 6,000 denarios. Diez mil veces esta cantidad 60,000,000 denarios        
Un talento: 21.6 Kg de plata (47.6 Libras)
 47.6 libras de plata x 10.000 talentos = 476,000 libras x U$ 20 (la libra de plata en el mercado) = U$ 9, 520,000
La deuda del compañero del funcionario: 100 denarios

Un denario: 4 gramos de plata (el salario de día de trabajo)
100 denarios x 4 gramos de plata= 400 gramos = 12.86 onza troy
12.86 onza troy x U$ 1.25= U$ 16.0

Se puede notar que la deuda de 100 denarios era 600, 000 veces menor que la mencionada de 100 talentos. Los tributos imperiales de Judea, Idumea y Samaria por un año eran de solamente 600 talentos (Josefo)

Lo que le perdonaron a este hombre era imposible de poder pagar en toda su vida. Sin embargo fue pronto a cobrar la deuda que le debían a el.

Es tiempo de aplicarlo a nosotros:

¿Quién es el rey? Dios.
¿Quién es el funcionario al cual le perdonaron la deuda? Tú y Yo.
¿Quién es el compañero que le debe al funcionario? Tu hermano.

Cuando no perdonamos al quien, es porque todavía estamos cobrando una deuda que tienen con nosotros.

Cuando en mi corazón yo decido “resistirme al perdón” estoy estrangulando a mi hermano por una pequeña cantidad sin pensar en la gran suma que Dios me ha perdonado a mí.

¿Quieres hacer un inventario de las cosas que nos han ofendido de alguna persona? Notarás muy pocas cosas. Ahora hagamos un inventario de las cosas que Dios nos ha perdonado y te darás cuenta que son muchas. ¿Cómo reacciona Dios contigo? Misericordioso. ¿Cómo reaccionas tú? Reclamando tu deuda
¿Cuánto Dios te perdonó esta mañana? ¿Poco? ¿Más o menos? ¿Mucho? ¿Cuánto te deben a ti? ¿Lo mismo que tú le debes a Dios? Para nada.

Mateo 18: 31-35

31  Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. 32  Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. 33 Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. 34  Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.” 35  Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

V.31 “Esto dolió mucho a los funcionarios”…cuando no hay perdón entre hermanos y vivimos “agarrando actitudes por cualquier cosa” eso duele. Y duele mucho ver una iglesia que no perdona, ver hermanos que no son humildes y van y piden perdón, a pesar que la Biblia y Dios se los ha mostrado. Ej: Talvez tu actitud o mi actitud tiene a muchos hermanos con el corazón dolido.

¿Qué hizo el Rey?
Lo reprendió. ¿Qué le dijo cuando lo reprendió? ¡Malvado!
¡Tú debiste perdonar la deuda del mismo modo que yo te perdoné a ti!
Esas palabras también nos dice Dios a nosotros.

Tanto se enojó el Rey que hizo que “lo castigó” Literalmente del griego “lo torturó”. No simplemente a la cárcel sino a un terrible castigo.

Pero también hizo que pagara todo lo que debía. No le importó haber perdonado al inicio su deuda por su acción se volvió a endeudar como el inicio, y esta vez ya no había misericordia.

Dios no tratará livianamente a la persona que no perdona.
¿Quién de nosotros quisiera pasar por un castigo así? ¿Cómo no sentiríamos caer en manos del Dios viviente? Todo por no entender lo que Dios ha hecho con nosotros. Debemos tomar la iniciativa de perdonar.

Las palabras de Jesús son desafiantes para mí y para ti:

“Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano”.

Es una promesa “así hará Dios con nosotros si no tenemos una actitud de perdón”
Jesús hace una referencia “De corazón”…

¿Has escuchado te perdono pero no olvido? ¿Has expresado “esta bien te perdono” pero tu corazón todavía mal? Eso no es de corazón. Necesitamos ser profundos y no ligeros.

De corazón significa no fingido, no superficial. Mientras no sea de corazón, esta parábola y este mensaje son para ti y para mí. Mientras sea superficial, mientras aun marques a un hermano, mientras te cueste con el, entonces es superficial y estamos en problemas delante del Rey.

Dios se fija en el corazón, no en las acciones, podemos saludarnos, hablarnos, estar juntos físicamente, pero ¿estamos así de corazón? Si no es así, entonces somos funcionarios que estrangulamos en nuestro corazón a nuestros hermanos.

Dios mira cualquier ofensa o pecado que alguien nos haya hecho del tamaño de 100 denarios. Y mira la deuda que el nos perdonó como 10,000 denarios.

Colosenses 3:13
Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Así como el señor nos perdonó…esa es la medida para nosotros poder perdonar.  

¿Cómo nos perdonó nuestro señor?

a. Dios nos perdonó sin que nosotros lo mereciéramos.
Oseas 14:4
Dice el Señor: “Voy a curarlos de su rebeldía;
voy a amarlos aunque no lo merezcan,
pues ya se ha apartado de ellos mi ira.

Salmo 130:3-4
Señor, Señor,  si tuvieras en cuenta la maldad,
¿Quién podría mantenerse en pie?
Pero en ti encontramos perdón,
Para que te honremos.

¿Esperó Dios que cambiáramos para así perdonarnos? No.

b. El corazón de Dios es compasivo para perdonar.

Salmo 103:8-12
El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor.
No nos reprende en todo tiempo ni su rencor es eterno;
no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados;
tan inmenso es su amor  por los que lo honran como inmenso es el cielo sobre  la tierra.
Nuestros pecados ha alejado de nosotros,  como ha alejado del oriente  el occidente.

Hay varias cosas que analizar aquí:

Dios es tierno, Dios es compasivo, Dios no nos reprende en todo tiempo. Dios no es rencoroso .
No nos da el pago que merecen nuestras maldades, en otras palabras “merecemos castigo constantemente por nuestra actitud, pero Dios no lo hace. Dios no nos trata como debería tratarnos.
Su amor es tan grande como el cielo, por eso puede perdonar. Dios ha quitado nuestros pecados pero no solo eso, los ha alejado de su presencia.

¿Somos así también así nosotros?
¿Compasivos, pacientes, tratamos de no reprender a alguien en todo tiempo, guardamos rencor? ¿En nuestro corazón está dar el pago que se merecen quien nos ha hecho un mal

c. Dios se olvida de nuestras faltas

Isaías 43:25
“Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes
y no me acordaré más de tus pecados.

Dios no anda guardando rencor contra nosotros. Una vez que nos perdona no se acuerda de nuestros pecados. Eso es perdonar de todo corazón.

d. Dios está siempre dispuesto a levantar el castigo

Joel 2:13
¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios, y desgárrense el corazón
en vez de desgarrarse la ropa! Porque el Señor es tierno y compasivo,
paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo.

Dios da una segunda oportunidad ejemplo Jonás.


Historia:
Luis XII, rey de Francia, tenía muchos enemigos antes de ascender al trono.  Cuando fue hecho rey mandó que se formara una lista de sus perseguidores y marcó en frente de cada nombre una gran cruz negra.  Cuando se supo esto huyeron sus enemigos porque creyeron que aquello era una señal de que deseaba castigarlos; pero el rey sabiendo de sus temores, mandó que los llamaran asegurándoles el perdón, y dijo que había puesto una cruz junto a cada nombre para acordarse de la cruz de Cristo y esforzarse en seguir el ejemplo de Aquel que oró por sus asesinos exclamando: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. 

Mateo 6:14-15
“Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.

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