3 de junio de 2013

Dios y el sufrimiento



Si eres como yo, seguramente te has hecho muchas preguntas respecto al sufrimiento ¿Porqué pasa tanto dolor en el mundo? ¿Porqué Dios no destruye el mal? ¿Por qué hay tanta injusticia?
De todos los temas de “Apologética Cristiana” o “Defensa de la Fe” este es de los más difíciles de tratar, no hay respuestas concretas a todas las preguntas que nos hacemos. Y es un tema que los no cristianos usan constantemente para desacreditar a nuestro Dios.

Lo que veremos en este estudio es una pequeña pincelada que puede darnos una visión cristiana de este tema.


Analicemos la siguiente escritura…

Juan 9:1-3
1Al salir, Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. 2Sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres, o por su propio pecado? 3Jesús les contestó: Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en él se demuestre lo que Dios puede hacer.

Jesús estaba saliendo del templo cuando se encontró con este hombre. Este hombre tenía una necesidad en su vida: “No solo estaba ciego, había nacido ciego”.

La ceguera era una necesidad común en el oriente, Jesús sanó a muchos con este problema sin embargo me llama la atención que este caso es de ceguera congénita.

Pongámonos a pensar en esta tragedia: ¿Qué hizo este hombre para merecer esto? ¿A quién culpamos? ¿Culpamos a sus Padres? ¿Lo culpamos a Él? O ¿Culpamos a Dios? Este es el razonamiento humano.

Este hombre ¿Qué culpa tuvo en la vida? ¿Por qué le tocó a él en suerte nacer ciego? Nunca abrió los ojos, nunca vio nada.

Todas estas preguntas no solo se las hace un hombre que no tiene a Dios en el corazón, también las podemos hacer los discípulos (¿Quiénes preguntaron a Jesús?).

Cuando tratamos el tema del sufrimiento, hasta los mismos cristianos podemos llegar a fallar.

“Cristo es nuestro argumento. Pero ¿y si El se hubiera equivocado? Sus últimas palabras tienen un significado perfectamente claro. Descubrió que el ser a quien llamaba Padre era terrible e infinitamente diferente de lo que supuso. La trampa con tanto tiempo preparada, con tanto esmero, y tan sutil carnada, saltó por fin a la cruz. Triunfó el chiste cruel…otra vez mas cuando más bondadoso parecía, en realidad, preparaba la próxima tortura. C.S Lewis

Palabras de C.S Lewis uno de los más grandes defensores del cristianismo. Las escribió cuando aún estaba de duelo por la pérdida de su esposa que murió de cáncer.

Cuando en sufrimiento llega a nuestras vidas, tratamos de buscar una explicación ante lo que estamos viviendo…la reacción muy común en el hombre es echarle la culpa a Dios y resentirse con Él.

El sufrimiento: Es la emoción motivada por cualquier condición que someta a nuestro sistema nervioso al desgaste.

¿Qué pensamos de Dios ante el sufrimiento?

Los cristianos pensamos que “Dios es completamente bueno y todo poderoso”, pero dado el dolor y el sufrimiento en el mundo, los no cristianos piensan que esto no puede ser verdad.
Él puede ser:
•  Todo poderoso, pero no del todo bueno.
•  Completamente bueno, pero no todo poderoso.

Vamos al inicio ¿De dónde vino el mal?

En el principio era Dios, y Él era perfecto. Luego Dios hizo un mundo perfecto. Entonces ¿Cómo entró el mal en este cuadro? Si Adán y Eva eran perfectos, ¿Cómo cayeron? No culpemos a la serpiente, porque eso haría retroceder la cuestión ¿acaso Dios no hizo también perfecta a la serpiente?

La respuesta a esta pregunta se encuentra en la perfección de Dios:

Dios hizo todo perfecto.
Una de las cosas que hace que los hombres (y los Ángeles) sean moralmente perfectos, es la libertad (Podemos decidir lo que hacemos). Dios nos hizo así para que pudiéramos ser como Él y pudiéramos amar libremente (el amor forzado no es amor). 
El libre albedrío es la causa del mal. Entonces, la imperfección (el mal) puede surgir de la perfección (no directa sino indirectamente a través de la libertad)

Deuteronomio 30:15-16
“Miren, hoy les doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal, por el otro. Si obedecen lo que hoy les ordeno, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán y tendrán muchos hijos, y el Señor su Dios los bendecirá en el país que van a ocupar.

Les doy a elegir…
Juan 7:17
Si alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, podrá reconocer si mi enseñanza viene de Dios o si hablo por mi propia cuenta.

“si alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios”…

Está bien, entiendo que Dios nos da a elegir pero ¿Por qué Dios no destruye el mal? ¡Si Dios fuera todo bondad destruiría el mal! Pero el Mal no es destruido, y ni siquiera se mira que disminuye.

La respuesta a estas objeciones es que “No se puede destruir el mal sin destruir la libertad”.

Recuerda lo que hemos dicho “EL mal surgió de la libertad que tenemos los seres humanos para actuar” Eliminar el mal es eliminar esa decisión que tenemos las personas para hacer lo correcto o lo incorrecto”. No se puede porque eso eliminaría también la posibilidad de elegir amar o no a Dios.

De modo que si se destruye la libertad, (lo que es el único modo de terminar con el mal), sería malo en sí mismo porque privaría el bien supremo de las criaturas libres. Tenemos que hablar de derrotarlo no de destruirlo.

Otra respuesta es que El que el mal no sea destruido ahora, no significa que nunca lo será. Apocalipsis 21 nos da una idea clara de un mundo sin maldad.

La mayoría del sufrimiento es atribuido a la elección humana de pecar:
·         Adicción, falta de auto-control
·         Perversión y abuso sexual
·         Enojo, violencia
·         Codicia
·         Orgullo, arrogancia, envidia, deseo por control, poder
·         Egoísmo

El pecado puede causar gran sufrimiento en el hombre…

Eclesiastés 7:29
Solamente he encontrado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al hombre,
Pero este se ha complicado la vida.

¿Puede el sufrimiento traer un bien mayor?
Aunque pareciera difícil de entender muchas veces el mal produce un bien mayor. Por ejemplo: Job, José, Jesús, etc.

Job: Elifaz, Bildad y Sofar le decían ¡Estas sufriendo porque pecaste! Job les respondía no es verdad.  Yo soy justo. ¿Quien estaba en lo correcto?  Ninguno, pero a través del sufrimiento Job estaba aprendiendo.

Algo interesante en la vida de Job es que Dios nunca le explico porque sufrió.

José: pasó por tantos sufrimientos pero ¿Cómo hubiera podido sobrevivir la nación de Israel a la hambruna de la época, y donde se habría refugiado si José no hubiera pasado por todo ese sufrimiento e injusticia?

En medio del sufrimiento nos angustiamos, es difícil, enfrentar todo eso, y a veces nos sentimos que es injusto, aun que somos una víctima. Pero yo quiero que nos enfoquemos alguien…Jesús.

Jesús: Mucha gente habla de la injusticia del sufrimiento y lo pone como excusa para alejarse de Dios pero ¿Qué tal Jesús?

Hebreos 5:8-9
Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; 9  y al
perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo
obedecen,

Ningún ejemplo es más contundente que ese ¿Por qué Dios permitió que su propio hijo sufriera esa cruel y violenta muerte, como si fuera un delincuente, cuando nada malo hizo, y por naturaleza no tenía necesidad de morir? Esta injusticia es difícil de explicar a no ser que con la muerte de Cristo se cumpliera un bien mayor, lo cual oscurezca lo malo del hecho.

Jesús nunca se sintió la víctima, sino que aprendió a obedecer a Dios a través del sufrimiento.

Hebreos 4:15-16
Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.

Nuestro Dios no es ajeno al sufrimiento humano, es desea dar consuelo a todos los que sufren, el no se tapa la cara ante todo, sino que desea ayudarnos en la hora de la necesidad.  

La clave no es la respuesta intelectual al sufrimiento y la maldad. La clave es tener el corazón de Jesús hacia quienes sufren, ambos físicamente y emocionalmente.

Dios está contigo, llora contigo, le duele verte sufrir, ver al mundo sufrir, acerquémonos y aferrémonos a Él, cómo Jesús miremos la manera de aprender en medio de las situaciones y miremos como Dios se glorifica en el proceso.