Isaías 43:4
Porque te aprecio, eres de gran valor y yo te amo.
Para tenerte a ti y para salvar tu vida
entrego hombres y naciones.
Parecen sacadas de un cuento de hadas, o
quizás de la mejor de la novelas románticas ¿Te lo han dicho? Estas palabras en
el libro de Isaías describen el sentimiento de Dios hacia sus hijos.
A veces estamos sedientos de que alguien se
fije en alguno de nuestros atributos, pero una y otra vez señalan nuestros
errores, quizás a nosotros mismos nos cuesta levantar las cosas buenas que
tenemos, pero Dios no está mencionando acá nuestros puntos a favor que lo hagan
expresar estas palabras. Dios simplemente dice que ¡Te amo! Pero no es un amor
como nosotros lo entendemos en el mundo (tienes que demostrar algo para que
alguien pueda amarte), Dios dice que nos ama simplemente porque somos sus
hijos, y ese amor nos lo demuestra, no son palabras que se quedan en papel, son
palabras que se convierten en acciones.
Nadie en esta vida nos va amar así, lo más
parecido será el amor de madre, de esposa o hijos, y en el mejor de los casos
de un amigo entrañable, pero aún haciendo el mejor de los intentos, NADIE VA
AMARNOS COMO LO HACE DIOS.
Somos valiosos para Dios, su amor es
incontenible, inagotable, grande como ver a la derecha y a la izquierda del
cielo, un amor que no es de novela, sino que es real, que lo podemos palpar
cada día, nunca Dios ha dejado a un hijo abandonado, nunca lo ha dejado sin
salida, Dios cada día nos ama aún viendo nuestras fallas. Ese es el Dios que
escribe estas palabras en Isaías. Un Dios que vale la pena seguir y al cual
vale la pena corresponder.
Dios los Bendiga.