29 de septiembre de 2019

¡Amar como Dios ama!

2 Tesalonicenses 3:5
Que el Señor los ayude a amar como Dios ama
y a tener en el sufrimiento la fortaleza de Cristo.


Una de las cosas que Pablo resalta de la Iglesia de los Tesalonicenses es su amor y lo hace en muchas ocasiones. Pero siempre el enfoque de Pablo es “ámense entre ustedes y ámense cada vez más” Pero al final de la carta les dice… “Que el Señor los ayude a amar como Dios ama”

Me detuve durante mucho tiempo en este versículo, haciéndome la pregunta ¿Cómo ama Dios? ¿Cual es el desafío que Pablo quiere dar a la Iglesia y a mi vida? 


Lo primero que debemos entender es que amar como Dios ama, no es natural en nosotros. No lo podemos aprender en la universidad, ni hay una barita mágica para lograrlo, necesitamos urgentemente la ayuda de Dios para logarlo, sin su fuerza y motivación, siempre amaremos de manera humana, por eso Pablo les dice ¡Que el Señor los ayude! Sin su ayuda no podremos. 

Volvamos a la primer pregunta ¿Cómo ama Dios? 

Es más fácil que Jesús nos lo explique en Lucas. 

Lucas 6:32-36
«Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado solo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.

¡Wow! Todavía siento la espada penetrar en mi corazón al estudiar esta escritura. 

Me dolió y me retó mucho porque podemos pensar que somos amorosos o que amamos, y en parte puede ser así, pero ¡amar como Dios ama es otra cosa!

Yo podría decir que soy un buen padre, que amo a mis hijos y mis hijos me reciben cada día cuando llego del trabajo con una gran abrazo, se me cuelgan en el cuello y me besan, siento su amor y soy amoroso con ellos, pero también lo soy con mi esposa, y mi esposa me ama, siento su amor cada día al verla hacer cosas por mí que solo alguien que ama está dispuesto a hacer. 

Podemos llegar a crecer que amamos cómo Dios, pero Jesús dice que amar a quienes nos aman es tan fácil, que hasta los que no tienen a Dios en sus corazones lo pueden llegar a hacer. 
                                                                                                               
Ellos no necesitan una fuerza que los motive, porque es normal responder de esa forma. NO HAY NADA DE EXTRAORDINARO EN ESO. 

Cuando verdaderamente amamos como Dios lo hace, es cuando amamos a alguien que NO nos ama, a quien nos ha hecho un mal, a quien no se lo merece, a quien nos ha lastimado, a quien nos ha hecho sufrir, quien nos ha hecho derramar lagrimas, A ESE DEBEMOS AMAR SI QUEREMOS AMAR COMO DIOS LO HACE. 

Y por eso Pablo dice a los Tesalonicenses “que el Señor los ayude a amar como Dios ama” Sólo Dios puede ayudarnos hermanos, pero ¿estamos dejando que nos ayude, o seguimos nuestra naturaleza?

Miremos lo que sigue diciendo Jesús… 

Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.

¿Cómo ama Dios? 
Es bondadoso con los que son desagradecidos… 

¿Han sido desagradecidos contigo? ¿Cómo te sientes? ¿Cuál es tu reacción natural? ¿Amarlo o alejarte de él? Ej. “Tanto que le he dado a este hermano, familiar, amigo, y sigue siendo desagradecido conmigo, me voy a alejar de él”.
                                    
DIOS ES BONDADOSO CON LOS QUE SON DESAGRADECIDOS. 

Bueno, puede que haciendo un esfuerzo a alguien desagradecido lleguemos a amarlo, pero ¿Qué tal a alguien malo? ¿Estaríamos dispuesto a amarlo? 

A veces, no amamos a nuestro propio hermano en la Fe que no nos ha hecho nada, a veces nos ponemos etiquetas en la iglesia, a veces es más fácil criticar que acercarse a hablar, a veces nos juzgamos con una facilidad enorme… 

Y si a veces nos comportaos así con nuestros propios hermanos ¿Cómo vamos a amar a un enemigo? Si al que no nos ha hecho nada no queremos amar ¿que va esperar aquel que nos ha hecho un daño?

Estar cómodos correspondiendo a quien nos ama, NO ES AMAR COMO DIOS, amar como Dios es ir más allá de una respuesta natural. Pero Dios es bondadoso aún con los malos. 

¿Recuerdas al hijo pródigo? O mejor dicho ¿Recuerdas al Padre? 

Lucas 15:20
Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
«Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos.


Para los que confunden la convicción con el amor… 
Este hombre había hecho algo horrible, había derrochado la herencia de su Padre… decirle al Papá “dame mi herencia e irse” era como desearle la muerte. 

Este hombre pecó, la derrochó, tocó fondo, se equivocó… 
Pero el amor de un Padre no tiene límites… y cuando todavía estaba lejos… 

Lo divisó, lo vio en el horizonte, seguramente cada día iba a las montañas con la esperanza de encontrarlo, hasta que un día lo vio venir, y qué hizo… ¿se escondió, lo regañó, lo humilló, lo castigó… qué hizo el Padre?… ¿Qué hubiéramos hecho con un hijo así? ¿Qué hubiéramos hecho con un discípulo así? ¿Lo hacemos sentir mal hasta que sienta que pague por su conducta?… ¿Le compartimos mil escrituras hasta que aprenda? ¿Qué hacemos? 

¿Qué hizo Dios? ¿Cómo ama Dios? 

Corrió, lo abrazó, lo besó… lo miró y dijo ¡Ese es mi hijo! Te amo. Lo vistió, lo bañó, le puso un anillo y se alegró porque eso hace el amor… la convicción y la rectitud no están peleadas con el amor, no podemos elegir una y dejar la otra. 

Así ama Dios… 

Para concluir, mira una de las cosas más increíbles de la carta de Tesalonicenses. 

En la primera carta Pablo les dice lo siguiente: 

1 Tesalonicenses 3:12
Y que el Señor los haga crecer y tener todavía más amor los unos para con los otros y para con todos, como nosotros los amamos a ustedes.

Luego aproximadamente un año después Pablo expresa en 2 de Tesalonicenses.

2 Tesalonicenses 1:3
Hermanos, siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, como es justo que hagamos, porque la fe de ustedes está creciendo y el amor que cada uno tiene por los otros es cada vez mayor.

¿Qué sucedió? Un año después, se amaron más que el año anterior. 

En primera carta, Pablo dice “que el señor los haga crecer en amor” Y en 2 de Tesalonicenses Pablo les dice “el amor que cada uno tiene es cada vez mayor” ¿Qué pasó? ¡Le hicieron caso! ¡Hubo un progreso en su amor!

¿Qué tal nosotros? ¿Crece nuestro amor con el tiempo? ¿Nos amamos más que el año pasado? ¿Se puede decir que cada día amamos más?  

O mejor dicho ¿Amamos como Dios ama? 

¡Que Dios nos ayude hermanos a dar pasos de amor como Jesús nos enseña! Que podamos entender que amar a quien nos ama es increíble, pero es muy poco comparado con lo que Dios espera de sus hijos. 

Amemos más, entreguemos más, y pensemos que si nuestro amor es grande, así también será nuestra recompensa en el cielo. 

Te amo en Cristo, 

Carlos Mendieta